lunes, 25 de mayo de 2009

Sueños del pasado

Recuerdo cuantas tardes pasé encerrado en mi cuarto y a la vez en mi "mundo", pensando como quería que fuese mi vida. Tenía muchos sueños y muchas esperanzas, eso si, en ninguno de ellos yo era croupier. Como muchos con mi edad, era un aspirante a comerme el mundo desde mi superdespacho, de mi supertrabajo. Después el tiempo, las circunstancias y las decisiones propias, van trazando su propio camino.
La verdad es que a día de hoy, aún no pienso quejarme de como me van las cosas. Evidentemente, en una segunda oportunidad probablemente hubiese tomado otras decisiones (o no), pero no me arrepiento de las que tomé. Si en alguna me equivoqué, espero haber aprendido de ella.
Y alguno dirá ¿y todo este rollo a cuento de qué? Pues muy fácil, hasta hoy la vida de croupier me ha proporcionado muchas más ventajas que inconvenientes. Buen sueldo, mucho tiempo libre y sobre todo mucho dinero ahorrado en canguros y muchas molestias evitadas a los abuelos.
Trabajar de noche, y sólo unos pocos días al mes, me ha permitido estar ahí cada vez que uno de mis "guerreros" lo ha necesitado, y cualquiera que tenga niños pequeños sabrá lo que eso significa.
Hoy con los niños ya en el colegio (¡¡¡Siiiiii!!!), empiezo a plantearme la posibilidad de buscar opciones laborales en un mundo laboral diurno. Ahí es donde vuelven esos sueños que contaba al principio. Así que si alguno de los que leeis esto (porque alguien habrá que lo lea ¿no?) conoceis a alguna empresa que ofrezca puesto de trabajo en un super-mega-despacho, para desempeñar un super-mega-trabajo, que me avise. Se gratificará.
Gracias y hasta la próxima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario